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Tomar té es uno de los grandes placeres de la vida y además es un placer muy saludable. El té está repleto de propiedades beneficiosas para la salud, cualquiera que sea la variedad que elijas. Tomar al menos una taza de té al día es una rutina que todos deberíamos incorporar en nuestra dieta.

Existen infinidad de tipos de té en el mercado, pero lo cierto es que todos se obtienen a partir de la misma planta, la Camellia sinensis. Las diferencias entre unos tipos de té y otros se deben al momento en el que se recolectan las hojas y el tratamiento posterior al que se las somete. Esto da lugar a las variedades de té básicas, que son el té verde, té rojo, té blanco, té negro y té azul.

Además, como ocurre con todas las plantas, el lugar y la forma en las que se cultiva la planta de té le otorgan características específicas. Y la industria se ha encargado de crear infinidad de variedades de té mezclando las hojas con otros ingredientes para otorgarles sabores y propiedades muy particulares. Esto hace que existan en el mercado centenares de tipos de té, aunque todos ellos están elaborados a partir de uno de los cinco tipos de té básicos.

¿Cuál es mejor? ¿Qué té es recomendable tomar en cada situación? No existe un té mejor que otro. Todos son beneficiosos para la salud y existen propiedades comunes a cualquier tipo de té, como son:

  • Es estimulante, gracias a la cafeína, y a la vez relajante, gracias a la L-theanina. El té nos aporta energía, pero también nos ayuda a controlar el estrés.
  • Es antioxidante: Los polifenoles del té combaten el envejecimiento, ayudan al sistema circulatorio y tienen efectos antiinflamatorios y antibióticos.
  • Previene enfermedades: Se ha demostrado la eficacia del té en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el cáncer, el colesterol o la diabetes.
  • Ayuda a bajar de peso: La cafeína que contiene el té reduce la absorción de las grasas. Además, el té tiene un efecto diurético que ayuda a prevenir la retención de líquidos.
  • Aporta vitaminas y minerales esenciales: El té contiene vitamina A, vitaminas B1, B2, B6 y B12, vitamina C y vitamina D. Además, aporta minerales como el hierro, el calcio o el magnesio.

Cada variedad de té destaca por aportar unas propiedades concretas, por encima de las demás. Por eso es recomendable saber qué tipo de té debemos tomar en cada situación, para aprovechar al máximo sus beneficios.

Cómo tomar té blanco: propiedades fundamentales

El té blanco es el de sabor más suave y ligero. Se elabora con las yemas de la hoja de té antes de que se abran.

Es el té con mayor poder antioxidante de todos, por lo que destaca por su capacidad de ayudarnos a prevenir el envejecimiento celular. Ayuda a controlar el colesterol, es diurético, mejora las defensas y ayuda a mejorar la concentración y la memoria, entre otras propiedades.

¿Cómo tomar té blanco? Es el té perfecto para tomarlo después de comer o por la tarde, porque tiene menos cafeína que otras variedades.

Para preparar una buena infusión de té blanco, lo mejor es calentar el agua hasta que alcance una temperatura de entre 65 y 75 grados.

Cómo tomar té verde: propiedades fundamentales

El té verde se elabora con hojas de té no fermentadas. Simplemente se recolectan, se dejan secar y se las somete a un tratamiento de calor.

Es el té más consumido. Destaca por su elevado poder antioxidante, que ayuda a prevenir el envejecimiento.

Además, ayuda a mantener sanas las paredes arteriales, previene el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y el colesterol y es un gran aliado en las dietas de adelgazamiento, porque reduce la absorción de la grasa. También refuerza el sistema inmune y es eficaz para prevenir los virus que generan resfriados o gripes.

El té verde es más bajo en cafeína que otras variedades y contiene vitaminas A, C y E.

¿Cómo tomar el té verde? Lo habitual es tomar el té verde junto con las comidas o después de ellas, para aprovechar el efecto que tiene a la hora de reducir las grasas y facilitar la digestión, aunque es un té que mucha gente toma durante todo el día, a cualquier hora.

Para preparar una infusión de té verde perfecta y aprovechar bien todas sus propiedades, sin que amargue, lo ideal es añadirle agua a una temperatura de entre 70 y 75 grados.

El té verde puede tomarse caliente o frío e incluso se utiliza mucho para añadirlo a todo tipo de platos y postres.

Aunque mucha gente añade leche al té, lo cierto es que a hacerlo perdemos buena parte de sus propiedades, como las antioxidantes. Por eso, es mejor tomarlo solo o con algunas gotas de limón. Si te resulta demasiado fuerte, apuesta mejor por acompañarlo con bebidas vegetales.

Cómo tomar té matcha

Dentro de las variedades que existen del té verde, destaca el té matcha. Se trata de un tipo de té verde que se elabora con las hojas más jóvenes de la planta, que se muelen por completo.

Es un té con un poder antioxidante 10 veces mayor que el té verde común, con el que comparte propiedades.

No es de extrañar, por tanto, que el consumo de té matcha se esté convirtiendo en toda una moda y que se haya incluido por muchos en el grupo de los superalimentos.

¿Cómo tomar té matcha? Para prepararlo, lo ideal es calentar agua a entre 70 y 85 grados de temperatura (antes de la ebullición), añadir el polvo de matcha y batirlo hasta que se integre.

Cómo tomar té rojo: propiedades fundamentales

El té rojo se elabora con hojas de té fermentadas y tiene un sabor cuya intensidad dependerá mucho del tiempo que las hojas se hayan dejado envejecer. Se le conoce también como Pu Erh.

El té rojo es muy utilizado también en dietas de adelgazamiento porque tiene un elevado potencial depurativo y ayuda a quemar las grasas. Además, es un estupendo aliado para mantener la salud del hígado y controlar el colesterol. Aporta energía y regula los niveles de estrés. También fortalece el sistema inmune.

Dado que tiene mayores niveles de cafeína que el té verde, no es recomendable tomarlo por la tarde o antes de dormir. Lo mejor es aprovechar su poder energizante y tomarlo por la mañana o a media mañana.

¿Cómo tomar té rojo? Para preparar una buena infusión de té rojo, lo ideal es calentar el agua entre los 85 y los 95 grados.

Cómo tomar té negro: propiedades fundamentales

El té negro es la infusión ideal si lo que necesitas es un chute de energía saludable. Tiene más cafeína (teína) que otras variedades de té y un sabor más intenso, porque se somete a un mayor tiempo de oxidación.

Destaca por su capacidad para proporcionar energía a la vez que mejora la circulación sanguínea y protege el sistema cardiovascular. Además, tiene una gran capacidad hidratante, estimula el metabolismo y ayuda a mejorar la concentración y la memoria, entre otras propiedades comunes con los demás tés.

Dado su potencial energizante, lo mejor es tomarlo por la mañana.

¿Cómo tomar té negro? Para prepararlo en infusión sin que amargue demasiado, el agua deberá estar a una temperatura entre los 85 y los 95 grados.

Cómo tomar té azul: propiedades fundamentales

El té azul, también conocido como Oolong, es un té que se deja fermentar, pero menos tiempo que el té rojo.

Es un té muy aromático, ideal para calmar el estrés o la ansiedad. Tiene poder antioxidante y diurético y ayuda al metabolismo a quemar grasas. Por eso se usa también para la pérdida de peso. Es digestivo y ayuda a controlar el colesterol.

¿Cómo tomar té azul? Para aprovechar su potencial, se recomienda tomarlo una hora antes de la comida o una hora después de ésta. El agua debe estar a una temperatura de aproximadamente 80 grados.