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¿Tienes dificultades para conciliar el sueño? ¿Te despiertas varias veces a lo largo de la noche? ¿No logras dormir más que unas pocas horas? ¿Te despiertas tan cansado como si no hubieses dormido nada? Todas estas son situaciones provocadas por los trastornos del sueño, nombre genérico con el que se conoce a los problemas relacionados con la incapacidad de dormir adecuadamente.

Los trastornos del sueño son muy frecuentes. Pocas son las personas que se libran de sufrir problemas relacionados con el sueño a lo largo de su vida, sea de forma puntual o crónica. Los trastornos del sueño pueden ser circunstanciales, es decir, provocados por un motivo extrínseco o situación concreta y temporal, o patológicos, provocados por desajustes internos.

¿Quieres saber cuáles son los más comunes y cómo combatir los trastornos del sueño? Toma nota.

Tipos de trastornos del sueño

Existen multitud de tipos de trastornos del sueño, que incluyen dificultades para quedarse o permanecer dormido, quedarse dormido en momentos inapropiados, exceso de sueño o conductas anormales durante el sueño. Algunos de los trastornos del sueño más frecuentes son:

Insomnio

El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño o para mantenerlo. Si tienes problemas puntuales o habituales para quedarte dormido y das vueltas y más vueltas en la cama antes de conseguirlo, seguramente padezcas insomnio. Si no puedes evitar despertarte sin motivo aparente en medio de la noche una o varias veces y te cuesta volver a quedarte dormido, también sufres insomnio.

El insomnio puede ser de diferentes tipos y estar provocado por múltiples causas. En la mayoría de los casos, el insomnio está vinculado con factores extrínsecos o con patologías vinculadas. Es frecuente que sea consecuencia de situaciones estresantes o acontecimientos dolorosos o de la existencia de preocupaciones que nos impiden relajarnos. También puede vincularse a patologías mentales o nerviosas o al consumo de determinadas sustancias.

Lo más normal es que cuando desaparecen las circunstancias extrínsecas o se abordan las patologías que lo provocan, el insomnio desaparezca, aunque es frecuente que la persona que lo ha sufrido en una ocasión, vuelva a sufrirlo al enfrentarse a situaciones similares.

El insomnio prolongado puede suponer un problema de salud bastante incapacitante, ya que genera somnolencia y falta de energía durante el día, dificultades para trabajar, concentrarse y para conducir, entre otros problemas.

Trastornos respiratorios

Los trastornos respiratorios del sueño provocan que la respiración sea irregular cuando dormimos. El más frecuente es la apnea del sueño, que puede estar provocada por problemas cardíacos o del sistema nervioso (apnea central del sueño) o por obstrucciones al flujo del aire en la vía aérea (apnea obstructiva del sueño).

Las apneas del sueño pueden provocar que la persona que las padece se despierte varias veces a consecuencia de estas dificultades respiratorias, o que siga durmiendo, pero con un sueño poco reparador y de baja calidad. Por eso suelen despertarse con la sensación de no haber dormido bien, aunque lo hayan hecho de forma continuada.

Hipersomnia: Narcolepsia

Se conocen como hipersomnias los problemas para mantenerse despierto durante el día que no están vinculados con la falta de sueño por la noche ni con problemas puntuales como desfases horarios. La hipersomnia más conocida es la narcolepsia, que provoca somnolencia e incluso estados de sueño involuntarios.

Alteraciones del ritmo circadiano

Cada persona tiene un ritmo biológico que regula las fases de sueño y de vigilia y que se conoce como ritmo circadiano. Este ritmo puede verse alterado y la alteración más frecuente es conocida como jet lag o desajuste horario, dificultades para conciliar el sueño provocadas por los cambios repentinos en los usos horarios, que afectan a nuestro ritmo circadiano.

Comportamientos anormales durante el sueño

Las parasomnias son los trastornos del sueño caracterizados por comportamientos anormales que lo interrumpen o lo dificultan. Entre las más frecuentes y conocidas se encuentran el sonambulismo, los terrores nocturnos o las pesadillas.

Cómo combatir el insomnio de forma natural

Como hemos explicado con anterioridad, el insomnio es el trastorno del sueño más común y también el que suele ser más fácil de abordar y eliminar.

Acabar definitivamente con el insomnio pasa por hacer frente a las causas extrínsecas o intrínsecas que lo provocan, tales como el estrés, la ansiedad o las preocupaciones. Pero, afortunadamente, existen multitud de remedios a tu alcance que te ayudarán a conciliar el sueño mientras lo consigues.

Los casos de insomnio recurrentes o prolongados deben ser siempre revisados por un especialista. En algunos casos, en los que el insomnio está vinculado a causas médicas, puede ser necesario recurrir a la medicación. No obstante, en muchas ocasiones, basta con mejorar los hábitos y ayudar a la conciliación del sueño con tratamientos naturales.

En este sentido, existen remedios naturales contra el insomnio. Plantas cuya eficacia a la hora de ayudar a la relajación y conciliación del sueño está más que demostrada, como la cereza ácida, la manzanilla o la valeriana.

Estos y otros alimentos son ricos en cuatro elementos fundamentales para combatir el insomnio de forma natural: el triptófano, el magnesio, la melatonina y la vitamina B6, que también puedes obtener en forma de complementos alimenticios naturales.