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No falla. Cada año, en cuanto llega el otoño, tus peques pillan su primer resfriado del curso. Si tienes hijos en edad escolar, lo más probable es que en estos momentos vivas rodeado de pañuelos. Y es que pocos nos libramos de estos primeros resfriados infantiles otoñales.

Es normal, ya que coincide un momento en el que los peques vuelven al colegio después de varios meses de vacaciones en los que no han tenido tanto contacto directo y continuado con otros niños con un periodo de cambio de estación del verano al otoño y, por ende, de cambio de climatología. Llega el frío y con él los virus se hacen más resistentes. Sobre todo, los causantes de los resfriados.

Cuando los adultos nos resfriamos enseguida recurrimos a jarabes para la tos, mucolíticos y todo tipo de medicamentos específicos. Pero los niños no pueden ni deben tomar este tipo de medicamentos y además cuando son muy pequeños les cuesta bastante eliminar el exceso de moco por sí mismos. Esto puede hacer que el resfriado se prolongue o que incluso se complique, para desesperación de niños y padres.

Por suerte existen algunos remedios naturales para los resfriados infantiles que son completamente inocuos y nos ayudan a sobrellevar este tipo de virus, mejorando los síntomas.

Lavados nasales

En los últimos años cada vez más pediatras desaconsejan el aspirado nasal de los bebés para eliminar el exceso de mocos, ya que puede resultar contraproducente y incluso causar daños mayores si no se hace adecuadamente.

Una alternativa a la aspiración son los lavados nasales con sustancias naturales como el agua de mar. Basta con introducir el líquido en los orificios de la nariz con una pequeña perilla o jeringuilla. Estos lavados ayudan a disolver los mocos y facilitan que el niño los expulse, bien por la nariz o por las heces después de tragárselos.

Aliviar la tos

La tos es uno de los peores síntomas asociados al resfriado, ya que resulta muy molesta para los peques y en ocasiones les impide dormir o incluso comer bien.

Hay que diferenciar la tos seca, que se produce cuando la garganta se irrita o reseca a causa del virus, de la tos productiva o con mucosidad, que se produce cuando los mocos se quedan atascados en la garganta y provocan molestias que nos obligan a toser.

La tos seca suele aliviarse tomando líquidos calientes, como sopas, leche o infusiones (vigila siempre que sean adecuadas para niños). Algunas infusiones que funcionan son las de tomillo, saúco, y manzanilla. Respecto a la tos productiva, es un mecanismo natural de defensa y no debe cortarse porque su función es ayudarnos a expulsar los mocos. Así que el mejor remedio sería disolver los mocos con lavados nasales. Un buen baño con vapor concentrado también ayuda a expulsar los mocos y aliviar la tos.

La miel ayuda a suavizar la garganta y aliviar la tos. Pero ten en cuenta que los niños menores de 1 año no deben tomarla.

Bajar la fiebre

La fiebre es otro mecanismo natural de defensa que tiene nuestro cuerpo para luchar contra los virus. Por eso no se considera que sea un síntoma que se deba combatir salvo que alcance niveles altos que puedan resultar peligrosos o que provoque que el niño se encuentre mal.

Se considera que los niños pequeños tienen fiebre cuando superan los 38 grados de temperatura corporal. Además de los antipiréticos infantiles, cuando la fiebre es muy elevada se recomienda no abrigar en exceso al niño, darle mucha agua que reponga el líquido que puede perder al sudar y baños con agua templada (nunca fría).

Alimentación sana y variada

Cuando los peques están resfriados suelen perder el apetito y esto nos puede llevar a prepararles comidas menos sanas pero que les atraen más, con tal de que coman algo. No obstante, cuando el cuerpo está luchando con un virus necesita más que nunca alimentos sanos y variados, como frutas (ricas en vitamina C, sobre todo), verduras y alimentos ricos en minerales esenciales, como el hierro. Así que un gran remedio natural contra el resfriado infantil es, sin duda, una buena alimentación.