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¿Quién no ha sentido alguna vez ardor o acidez de estómago? Por desgracia, esta molesta sensación de quemazón en la garganta o en la parte superior del pecho es muy común y casi todos la hemos padecido más de una vez, sobre todo tras una comida copiosa o no del todo saludable. Sin embargo, el hecho de que sea común no significa que no sea peligrosa, ni que debamos padecerla sin hacer nada por evitarlo.

Sufrir acidez de estómago de forma esporádica no es un problema de salud grave, pero puede serlo cuando el ardor estomacal aparece de forma frecuente, más de dos veces por semana. Si sufres acidez de forma habitual, lo mejor que puedes hacer es consultarlo con tu médico, para que evalúe si hay alguna patología que la provoque y determine si necesitas un tratamiento.

Además, existen varios remedios naturales para paliar los síntomas de la acidez estomacal, tanto si es esporádica como frecuente.

Qué es la acidez estomacal y por qué se produce

La acidez de estómago es la sensación de ardor o quemazón que se produce en la garganta o la parte superior del pecho cuando, por cualquier motivo, los jugos gástricos presentes en el estómago suben hacia el esófago y la laringe. Estos jugos son extremadamente corrosivos, ya que su función es la de desintegrar los alimentos que ingerimos. Por eso, cuando entran el contacto con el esófago provocan una gran irritación, que percibimos en forma de ardor o quemazón.

Los motivos por los que esto ocurre son variados. En algunos casos, se debe a que el estómago ha producido un exceso de jugos gástricos, generalmente para poder afrontar digestiones difíciles, es decir, de comidas copiosas, excesivamente grasas, sazonadas o picantes o un exceso de bebidas alcohólicas.

El reflujo también puede deberse a una relajación del esfínter gastroesofágico, que es el que se cierra para evitar que estos jugos salgan del estómago. Si el esfínter se abre, deja pasar los flujos y aparece el ardor.

También pueden influir circunstancias externas, como por ejemplo el hecho de tumbarse justo después de las comidas o estar sometido a un fuerte estrés.

Generalmente, el ardor o acidez no es un problema de salud serio, pero sí que puede convertirse en uno si se produce de forma muy habitual. El ácido de los jugos gástricos puede acabar dañando el esófago y provocando lesiones definitivas que, en casos puntuales, derivan en cáncer de esófago. Por eso, en caso de padecer ardor de forma habitual, lo mejor es consultarlo con un médico.

Remedios naturales contra el ardor

Una buena alimentación y un estilo de vida saludable son tus principales aliados contra la acidez de estómago. Sin embargo, pocos son los que se libran de padecerla alguna vez.

Por suerte, existen remedios naturales contra la acidez que te ayudarán a reducir o eliminar las molestias que provoca.

Leche

Beber leche de vaca natural (no yogures ni otros lácteos) suele ser un remedio eficaz para reducir e incluso eliminar la acidez. Los ácidos lácticos contrarrestan la acción de los jugos gástricos y calman la irritación.

Infusión de jengibre y de hinojo

Existen varias plantas que tienen propiedades digestivas y que además ayudan a calmar la irritación. Entre ellas se encuentran la raíz de jengibre y el hinojo. Tómalas en infusión tras las comidas para facilitar la digestión y evitar el ardor. Y también como remedio para ayudar a calmar la irritación que provoca la acidez, una vez que aparece.

Regaliz

La raíz de regaliz es rica en flavonoides con efectos antiirritantes y antiinflamatorios, que protegen la mucosa gástrica y calman el ardor. Puedes masticar la raíz al natural o infusionarla.

Vinagre de manzana

Tomar un par de cucharadas de vinagre de manzana diluidas en un vaso de agua es uno de los remedios naturales contra el ardor más rápidos y eficaces que existen. Además, el vinagre de manzana tiene multitud de propiedades beneficiosas para la salud.

Suplementos: bicarbonato de sodio o carbonato de magnesio

Los suplementos naturales a base de bicarbonato de sodio y / o carbonato de magnesio son capaces de calmar la irritación que provoca el reflujo de jugos gástricos, además, desinflaman la zona y facilitan la digestión, para evitar que se llegue a producir la acidez.