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Si empiezas a ver las letras borrosas cuando lees o necesitas alejar las cosas para verlas con nitidez, seguramente necesitas unas gafas de lectura o gafas de cerca. No te alarmes, la presbicia o vista cansada es una patología muy habitual a partir de los 45 años y cada vez aparece antes debido al sobreesfuerzo al que sometemos a nuestros ojos en estos tiempos de sobreexposición a pantallas.

Unas buenas gafas para presbicia, es decir, gafas para ver de cerca te permitirán solventar este problema. Pero ¿cómo elegir bien las gafas de lectura? Hoy en día, puedes comprar gafas de cerca en casi cualquier sitio. Las tienes hasta en tiendas de ropa y cadenas de supermercados. Sin embargo, no todo vale.  La vista es uno de los sentidos más importantes y no merece la pena que te la juegues comprando cualquier tipo de gafa de lectura por ahorrarte unos euros. Las consecuencias para tus ojos pueden ser nefastas.

Aquí tienes algunos consejos que te conviene tener en cuenta al comprar gafas para leer.

Ve al oftalmólogo

Parece obvio que cuando tenemos un problema de vista lo primero que debemos hacer es ir al oftalmólogo. Sin embargo, mucha gente, por el motivo que sea, se salta este paso tan fundamental y se lanza a comprar las gafas con las que mejor ve, sin contar con supervisión médica. El hecho de tener las gafas de lectura tan accesibles en cualquier superficie no ayuda.

Si empiezas a notar que te falla la vista, pide cita cuanto antes con un oftalmólogo para que evalúe tu situación y te diagnostique. No des por hecho que se trata de vista cansada, porque puede que haya otra patología que tratar.

Si se trata de presbicia, el oftalmólogo te graduará la vista o te derivará a una óptica para que lo haga. Así sabrás exactamente qué gafas de cerca necesitas.

Utiliza siempre unas gafas de lectura bien graduadas

La presbicia o vista cansada es una patología oftalmológica evolutiva. Es decir, que lo más habitual es que vaya a más con el paso del tiempo. Esto significa que no vas a poder usar las mismas gafas de lectura durante el resto de tu vida, sino que tendrás que ir adaptando la graduación a tu grado de presbicia.

En cuanto empieces a notar que las gafas para leer que tienes no son suficientes para verlo todo claro, es el momento de acudir de nuevo al oftalmólogo o a la óptica para que te evalúen y gradúen de nuevo la vista.

La calidad de las gafas de cerca es mejor que la cantidad

Es mejor tener solo una o dos gafas de lectura de buena calidad que tener 10 de mala calidad repartidas por toda la casa y en el coche.

Apuesta por gafas de cerca con monturas y lentes elaborados por ópticas de las que te puedes fiar al 100%. En el caso de las lentes es fundamental para que puedas leer y ver bien. Unas malas gafas de lectura harán que tengas que forzar la vista y esto puede conllevar dolores de cabeza, un incremento de la presbicia e incluso la aparición de otras patologías oftalmológicas.

Ten en cuenta que también la montura es importante, ya que es lo que hará que te sientas cómodo o no con las gafas puestas.

Existen gafas de lectura que además de paliar la presbicia te aportan algún valor añadido. Es el caso, por ejemplo, de las gafas de cerca con lentes antirreflejo o con lentes antielectroestáticas.

Elige unas gafas para leer con las que te sientas cómodo

De nada sirve comprarte unas gafas de lectura con las lentes más avanzadas y maravillosas del mercado si luego la montura te hace daño en el puente de la nariz o detrás de las orejas y no logras aguantar más de 10 minutos con ellas puestas.

Prúebate las gafas para leer y comprueba que no te aprietan en ningún sitio. Gesticula y cambia la posición de la cara para ver cómo se adaptan a tus movimientos. Asegúrate de que no se te caen constantemente y de que cubren el espacio suficiente para que puedas leer, coser o trabajar sin tener que forzar el cuello.